"Claro que no me resultó nada fácil aceptar que Sumire no sintiera apenas (o en absoluto) interés hacia mí como hombre. Cuando la tenía delante, notaba a veces un dolor agudo, como si alguien estuviera arrancándome las entrañas con un cuchillo acerado. Sin embargo, por más dolor que me reportaran, las horas que pasaba con Sumire eran las más preciosas de mi vida. Frente a ella olvidaba momentáneamente mi eterna soledad. Sumire expandía las fronteras de mi mundo, me hacía respirar hondo. Era la única persona capaz de hacerlo."
REFLEXIÓN: ..
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