De vez en cuando me concedo a mí mismo el pequeño placer de ir de compras. Creo que los libros son de las pocas cosas que me gusta comprar. De hecho, compro más de lo que pueda consumir y tengo que obligarme a la moderacion. Algo excepcional en mí, el sincaprichos.
Hago siempre lo mismo, se trata de un pequeño ritual. Bajo del metro en gran vía y recorro caminando los pocos metros que separan la boca de metro de montera de la casa del libro. Una vez dentro voy directamente a la sección de libros de bolsillo, los únicos que me interesan. No por el precio (aunque la diferencia es sustancial) sino por comodidad.
Hoy me ha dado por la ciencia ficción.Creo que no me está sentando bien sentirme Sick Boy, Rent Boy, Franco, Spud o cualquier otro de la cuadrilla de Trainspotting. Me sentía mucho más cómodo como el Raskolnikov de Crimen y castigo, el enfermo de conciencia.
He pensado que una buena dosis de Ciencia ficción no me vendrá mal y al más puro estilo de los chicos de welsh, se ha convertido más bien en una sobredosis. Las nuevas adquisiciones han sido (3 de ellos con premeditación y alevosía, el cuarto, una cylonimprovisación):
-"La Metamorfosis", de kafka
-"Fahrenheit 451", de Ray Bradbury
-"Frankenstein", de MAry W.Selley.
-"Yo, Robot", de Isaak Asimov
-Bonus track o elmarketingsolopuedeconmigoenlaslibrerias: "Un mundo Feliz", de Aldous Huxley
Creo que con esto tendré para una buena temporada, .... si no lo evita otro ataque compulsivo.